Gráfico Cuenca
Cuenca del Papaloapan
La mortandad masiva de peces que inició en el Río Tonto se ha extendido de manera alarmante hacia el río Papaloapan, uno de los principales afluentes del sur de Veracruz. Desde tempranas horas de este viernes, miles de peces muertos han sido arrastrados por la corriente, generando preocupación entre pescadores, comunidades ribereñas y ambientalistas.
Daño ambiental podría ser de gran magnitud
La escena es desoladora: peces de distintas especies flotando sin vida sobre las aguas turbias del Papaloapan. La situación, que comenzó como un fenómeno localizado, ya toma dimensiones de crisis ambiental. No se descarta la posibilidad de un ecocidio, dada la magnitud del impacto y la falta de respuestas oficiales.
“Es urgente que el Gobierno del Estado y las autoridades federales realicen estudios científicos para conocer el origen del problema. El río es fuente de vida, trabajo y alimento para muchas comunidades”, expresan vecinos de la zona.
Piden estudios de calidad del agua
Hasta el momento, no se han informado las causas oficiales de esta mortandad. Entre las hipótesis se manejan posibles descargas químicas, contaminación industrial o cambios en la oxigenación del agua. Habitantes exigen al Gobierno de Veracruz que se ordene una investigación inmediata y transparente, así como la publicación de los resultados.
“¿Podemos comer estos peces? ¿Es seguro pescar? Nadie nos dice nada”, comenta un pescador local.
Precauciones urgentes
La situación plantea serias dudas sobre el consumo de productos del río y la seguridad del agua para uso humano o agrícola. Expertos en salud pública y medio ambiente recomiendan evitar la pesca y el contacto directo con el agua hasta nuevo aviso.
Exigencias a las autoridades
Hasta el momento, no ha habido pronunciamiento por parte de la Secretaría de Medio Ambiente ni de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). Tampoco se ha visto la intervención de Protección Civil o personal técnico en la zona.
La ciudadanía solicita que se pronuncien figuras como la gobernadora Rocío Nahle, así como la intervención inmediata de SEMARNAT y CONAGUA, para frenar y atender esta posible catástrofe ecológica.
