*Violenta ofensiva de disidencias de las FARC deja múltiples heridos y paraliza regiones enteras
Agencias
Colombia
Una jornada de terror se vivió en el suroeste colombiano tras una serie de atentados ejecutados por disidentes de las FARC, que incluyeron explosiones simultáneas, tiroteos y agresiones con drones explosivos. Las autoridades confirmaron la muerte de al menos cuatro personas y múltiples heridos en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca.
Las acciones, descritas por la Policía Nacional como un ataque coordinado, se desarrollaron de manera casi sincronizada en ciudades como Cali, Jamundí, Corinto y Villa Rica, generando pánico y el despliegue urgente de fuerzas militares. Estaciones de policía fueron blanco de explosivos colocados en vehículos, motos y artefactos lanzados desde drones.
Uno de los atentados más graves ocurrió en Cali, donde un coche bomba explotó cerca de una estación policial, dejando al menos una víctima civil y cuantiosos daños materiales.
El general Carlos Triana, director de la Policía, señaló que el grupo responsable pertenece al autodenominado Estado Mayor Central, que opera en la región desde la desmovilización oficial de la guerrilla. La ofensiva, además de causar víctimas, buscó generar caos, desestabilización institucional y un golpe de fuerza simbólico.
Fuentes de inteligencia señalaron que los ataques podrían estar relacionados con el aniversario de la muerte de un exlíder guerrillero, lo que explicaría la precisión y violencia desplegadas en distintos frentes.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, exigió respuestas inmediatas del gobierno federal para frenar el avance de estos grupos armados. En tanto, se reforzó la presencia militar en zonas estratégicas mientras se intenta identificar y capturar a los responsables.
Colombia vuelve a enfrentar los fantasmas del pasado, con ataques que recuerdan épocas de guerra no tan lejanas y que ponen a prueba la estrategia de paz impulsada por el actual gobierno.
